Después de la elección para la presidencia del ex maestro rural, Pedro Castillo, con visión de la “izquierda” en Perú, en la región se volvieron a hablar de los cambios en la situación política en América Latina. Si bien en Ecuador el candidato de la “derecha” ganó el proceso electoral, la dinámica en los países latinoamericanos muestra un giro definitivo “a la izquierda”. ¿Cómo están cambiando hoy los criterios de la agenda de la “izquierda”? ¿Qué puede esperar la región en un futuro próximo?
El año saliente, así como el próximo, tienen como objetivo cambiar el mapa de la región a través de transformaciones asociadas a los procesos electorales en varios países de América Latina. En un futuro próximo, se esperan elecciones en Colombia, Chile, Argentina y Nicaragua. En Brasil, el proceso electoral está programado para octubre de 2022, pero la tensión política ya es tangible, que parece estar “en el aire”. Hoy, cabe señalar que en Venezuela se puede notar cierto éxito en las negociaciones entre el Gobierno y la oposición, que son mediadas por México. Al mismo tiempo, es obvio que Nicolás Maduro (Nicolás Maduro Moros) no tiene la intención de ceder sus posiciones y, a través de un acuerdo con la oposición, pretende devolver los bienes estatales detenidos en los países occidentales.
Nos referimos a algunos de estos países, que ya “se han congelado” en previsión de los próximos procesos electorales. Actualmente, en Colombia, entre el electorado, el primer lugar lo ocupa el político y estadista, economista y ex-rebelde Gustavo Petro (Gustavo Francisco Petro Urrego) con un 17% de apoyo, militante amnistiado del Grupo radical de la izquierda “M-19”, que en tres ocasiones fue elegido diputado, dos veces senador y se desempeñó como Jefe de la capital colombiana.
Gustavo Petro ya ha intentado convertirse en Jefe de Estado en 2010 (cuando ocupó el cuarto lugar con un resultado del 9% de los votos) y en 2018 (25% de los votos en la primera vuelta y 42% en la segunda, perdiendo al actual Presidente Iván Duque). Con el equilibrio de poder actual, todo el espectro de la “izquierda” (desde los moderados hasta las “FARC”), criticando el radicalismo de la dirección actual en la lucha contra los militantes restantes y la respuesta a la pandemia del COVID-19, e incluso los votantes de Iván Duque (sp. – Iván Duque Márquez), decepcionados con su elección de 2018. Presumiblemente, Petro tiene todas las posibilidades de seguir siendo el único candidato viable de la “izquierda”, y dada la calificación extremadamente baja de Duque, es ya considerado como candidato a la segunda vuelta.
El segundo lugar en las urnas en Colombia lo ocupa Sergio Fajardo (Sergio Fajardo Valderrama) con un 7% de apoyo, quien se posiciona como un “centrista” absoluto, nunca ha entrado en alianza con ningún partido político en el país. En tercer lugar se encuentra el profesor y ex alcalde de Medellín Juan Manuel Galán (Juan Manuel Galán Pachón) con un 6% de apoyo. El miembro del Congreso Nacional en tres ocasiones, Galán es un representante de la llamada clase “nueva liberal”. Propone legalizar las drogas, desde la marihuana hasta la cocaína, la eutanasia y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Cuenta con el apoyo de los liberales en los Estados Unidos y Europa, pero los observadores enfatizan que tiene pocas posibilidades de ganar en Colombia.
Las elecciones presidenciales y parlamentarias están programadas para el 21 de noviembre de 2021 en Chile. Gabriel Boric Font, de raíces yugoslavas, de la coalición de la izquierda “Apruebo Dignidad”. También se postula Yasna Provoste (Yasna Provoste Campillay), quien anteriormente se desempeñó como Ministra de Educación (y fue condenada por corrupción). El tercer candidato es el ex titular del Banco del Estado de Chile Sebastián Sichel (Sebastián Iglesias Sichel Ramírez) de plataforma de la derecha “Chile Vamos”. Encuestas recientes han mostrado una aprobación significativa del candidato del bloque de “izquierda”, ya que los otros dos participantes en la carrera pre-electoral representan fuerzas que ya han logrado desacreditarse significativamente.
En los últimos meses, el antagonismo entre la administración presidencial y la Corte Suprema se ha hecho cada vez más evidente en Brasil. Si bien en el Día de la Independencia del país (7 de septiembre), Jair Bolsonaro (port. – Jair Messias Bolsonaro) movilizó demostrativamente a las masas, es necesario tener en cuenta la posibilidad de utilizar recursos administrativos. Se espera que el “Partido de los Trabajadores de Brasil” (port. – Partido Trabalhista Brasileiro, abreviado – PTB), los sindicatos y grupos de la población autóctona se unan contra el sistema.
En agosto, Brasil acogió las mayores protestas organizadas por los pueblos indígenas del Amazonia. Se opusieron a los planes de una alianza entre el Presidente Bolsonaro y lobistas de las industrias minera y agrícola para talar bosques. Esta política agresiva contra los pueblos indígenas ha sido seguida por el Presidente vigente desde 2019. Más de 6.000 representantes de pueblos indígenas de unos 200 grupos diferentes se han reunido en la capital para llamar la atención del público sobre este problema. Es importante señalar que gigantes como la empresa estadounidense “Blackstone” y el conglomerado privado “Cargill” están detrás de las inversiones en el sector agroindustrial brasileño. El proceso electoral en este país latinoamericano pretende convertirse en una especie de barómetro del cansancio político de los votantes por la polarización actual.
Ya se han llevado a cabo procesos electorales en varios países de la región. En Bolivia, tras las Elecciones Generales del 20 de octubre de 2020, las fuerzas de la “izquierda”, representadas por el candidato Luis Arce (Luis Alberto Arce Catacora) del partido “Movimiento al Socialismo” (MAS), tomaron revancha. En Perú, como se menciona en este artículo, las elecciones de junio las ganó el maestro de escuela, activista sindical y político de la “izquierda” Pedro Castillo (José Pedro Castillo Terrones). A pesar de que el centroderecha Guillermo Lasso (Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza) ganó en Ecuador, muchos expertos empezaron a hablar de la región volviendo a la deriva “hacia la izquierda”. En términos generales, ciertamente se puede decir que América Latina está entrando en una nueva fase de tensión política. Una especie de interacción de “paquete” con los Estados de la región parece ser bastante efectiva, donde Rusia, China, Irán y varios países que se oponen a la hegemonía de Washington y Londres podrían formar colectivamente una nueva agenda política bajo una marca común de multipolaridad.