Los países de América Latina y el Caribe deben repensar fundamentalmente sus enfoques de integración e interacción regional con los Estados Unidos y el resto del mundo. Esta tesis fue presentada por el Presidente mexicano el 24 de julio durante un discurso en la XXI Cumbre de Cancilleres de la CELAC, dedicada al 238 aniversario del nacimiento de Simón Bolívar. ¿Qué nuevo orden geopolítico representan varios países latinoamericanos? ¿Qué características pueden asumir los procesos de integración en la región?
En la XXI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) Andrés Manuel López Obrador hizo una propuesta para crear una “Unión Europea” Latinoamericana. Como parte de su discurso del 24 de julio, dedicado al 238 aniversario del nacimiento de Simón Bolívar, el líder mexicano señaló la necesidad de crear una estructura similar de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero que debería independizarse de los sentimientos de Washington. En general, tal idea no parece ser omnipresente por las contradicciones que existen entre los Estados de América Latina, sin embargo, López Obrador supo conquistar y suscitar nuevos aliados retóricos del campo de “la izquierda”.
Por ejemplo, el Presidente boliviano Luis Arce Catacora (Luis Alberto Arce Catacora) el 25 de julio, en una conferencia de prensa, apoyó la propuesta de su colega mexicano de reemplazar la OEA por otra asociación independiente. Además, el líder boliviano señalo en su cuenta de Twitter: “Hacemos eco de las palabras del hermano, López Obrador, en la idea de sustituir a la OEA por otro organismo verdaderamente autónomo, que exprese los equilibrios regionales, respete la autodeterminación de los pueblos y no dé cabida a la hegemonía de un solo Estado”.
Como parte de su discurso del 24 de julio, Andrés López Obrador aclaró que su propuesta, nada menos, es construir algo parecido a la UE, pero ligado a la historia regional, la realidad e identidad latinoamericana. Según él, a su vez, la OEA debe ser una estructura en el espíritu de los tiempos, con el consentimiento de todas las partes, que pretenda resolver los conflictos sobre la base del respeto a los derechos humanos y la democracia.
Sin embargo, el Presidente mexicano no explicó claramente cómo será esta “Unión Europea del Nuevo Mundo” regional. “No podemos descartar la creación de un sustituto de la OEA con una organización verdaderamente autónoma que no sirva a nadie y solo se dedique a la mediación”, dijo López Obrador, sin revelar detalles sobre cómo podría crearse y funcionar.
Refiriéndose a algunos hitos en la historia de la integración regional, conviene recordar que, además de América Latina y el Caribe, la OEA incluye a los Estados Unidos y Canadá. En 2019, el Presidente venezolano Nicolás Maduro (Nicolás Maduro Moros) incluso intentó abandonar esta organización, pero su iniciativa fue bloqueada por el Parlamento del país, la Asamblea Nacional. Hasta ahora, no hizo ningún otro intento. Por cierto, Cuba fue excluida de esta asociación en 1962 debido a que Fidel Castro (Fidel Alejandro Castro Ruz), que luego llegó al poder, comenzó a orientarse hacia la URSS. “La Isla de la Libertad” volvió a ser miembro en 2009 en gran parte gracias a los esfuerzos del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama (ingles – Barack Hussein Obama II). Como resultado, Cuba se negó a regresar a las filas de los miembros de la OEA.
Cabe destacar que el 24 de julio, el Jefe de Estado mexicano recomendó que otros países se concentraran en La Habana, agregando que en general Cuba debería ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad en su totalidad. López Obrador presentó las acciones de este país como un ejemplo de resistencia a la OEA, en la que, según él, la influencia de la Casa Blanca es grande. El mandatario mexicano en su discurso también enfatizó que, junto con Argentina, México se niega a reconocer a Venezuela como una dictadura.
López Obrador también llamó la atención sobre el hecho de que en las relaciones con Washington, es necesario superar el dualismo, cuando los países están en un estado de sumisión o enfrentamiento, y pasar a una interacción equitativa, incluso con el resto del mundo. “Los Estados Unidos conserva una influencia dominante en América, con la excepción de Cuba, un país que ha declarado su independencia. Aguantar 62 años sin someterse es una verdadera hazaña”, explicó el mandatario mexicano. Al respecto, propuso, a partir de la experiencia cubana, construir mecanismos para fortalecer la interacción económica entre los países de la región.
Sin embargo, la propuesta de Andrés López Obrador recuerda en muchos sentidos a la demagogia y difícilmente tiene altas posibilidades de éxito, pues en el contexto regional que se ha desarrollado en los últimos años, existen contradicciones muy agudas entre los países de la región, incluida la cuestión de cómo tratar a los Estados Unidos. En la etapa actual, no es posible declarar un frente único en América Latina, ya que ha pasado un período caracterizado por la creencia de que la Casa Blanca es el principal “villano” que intenta restaurar el orden en su “patio trasero” y dictar sus reglas en el espíritu de la Doctrina Monroe.
En resumen, cabe señalar que en los últimos años muchos países han priorizado los lazos con Washington. Refiriéndose al ejemplo mexicano, la relación de México con los Estados Unidos es muy controvertida. Por un lado, los mexicanos critican a sus “vecinos” estadounidenses y recuerdan a los escolares las guerras con ellos, al mismo tiempo, igualan la imagen de la “hermosa vida” cercana. Al mismo tiempo, la Ciudad de México y Washington han encontrado un lenguaje común en los últimos años a través de un compromiso. Por supuesto, económicamente México está más conectado con los Estados Unidos, pero no con Cuba, y más aún con Venezuela.
A pesar del Gobierno de López Obrador que llegó al poder el 1 de diciembre de 2018, las élites mexicanas siguen fuertemente alineadas con la Casa Blanca. Sin embargo, la tendencia de “izquierda” en la política mexicana es fuerte y se ha prolongado durante décadas. Por cierto, cabe recordar que fue México quien obstinadamente no apoyó ni al régimen de Francisco Franco (Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde) en España, ni al Gobierno de Augusto Pinochet (Augusto José Ramón Pinochet Ugarte) en Chile. Durante menos de un cuarto de siglo, América Latina ha experimentado varios giros políticos que han cambiado abruptamente el rumbo, o al menos el vector del desarrollo. Pero es más probable que la nueva consigna propuesta por el mandatario mexicano se convierta en “deseos” en la postal del 238 aniversario del nacimiento de Simón Bolívar que en un proyecto real capaz de unir la región.