Desde principios de la década de 2000 las reuniones ruso-mexicanas se llevaron a cabo en diferentes niveles, con bastante frecuencia e intensamente. Desde 2018, con la llegada al poder en México de Andrés Manuel López Obrador, Rusia ha podido fortalecer su presencia política y económica en este país latinoamericano. ¿Cuáles son los intereses del Kremlin en México? ¿Cuál es la base de la cooperación ruso-mexicana hoy?
Los últimos años, en el marco de reuniones y consultas entre las dos partes, se han destacado especialmente por el fortalecimiento de la cooperación mutuamente beneficiosa. Durante una de estas reuniones en junio de 2015 en Moscú, se firmó el Plan de Consultas Políticas para los años 2016-2018. Entonces, la esencia de este Plan fue que los dos países consolidaron su intención de informarse mutuamente sobre los cambios en la situación política en el mundo que son de interés mutuo para ellos. Hasta el día de hoy, este interés, en primer lugar, sigue siendo la relación de México con los Estados Unidos, que se deterioró notablemente durante la presidencia de Donald Trump (ingles – Donald John Trump).
El 1 de diciembre de 2018, con la llegada al poder en México del líder del campo de “izquierda”, Andrés Manuel López Obrador (Andrés Manuel López Obrador), la retórica política de este país latinoamericano adquirió matices orientados al acercamiento con Moscú. Por cierto, trazando un paralelo, durante la Guerra Fría, México tuvo relaciones bastante estrechas con la URSS. Este año se cumplen 24 años de la firma de otro documento de política exterior, una declaración sobre los principios de cooperación entre México y Rusia. En particular, destaca la importancia de “establecer un diálogo político entre regiones geográficas…para ayudar a expandir la presencia de la Federación de Rusia en el continente latinoamericano”.
Sin embargo, el plan para la presencia de Rusia en México no se está desarrollando de manera tan dinámica. Hoy en día, no hay tantos proyectos conjuntos entre los dos países. Desde 2015, la compañía “LUKoil” tiene su representación en el país latinoamericano y, tras una serie de intentos, el gigante ruso del petróleo y el gas en junio de 2017 pudo ganar una licitación para desarrollar campos petroleros en las aguas costeras del Golfo de México. Además, los equipos para algunas centrales hidroeléctricas mexicanas son suministrados por la compañía rusa “Power Machines”.
A finales de mayo de 2019, la Comisión Nacional de Hidrocarburos de México aprobó un plan de la empresa italiana “Eni” y la compañía rusa “LUKoil” sobre el intercambio de acciones en tres proyectos en la plataforma en el Golfo de México. De acuerdo con los acuerdos alcanzados, la “LUKoil” nuevamente otorgará a la empresa “Eni” el 40% en el bloque No. 12 (mientras que el operador del proyecto seguirá teniendo una participación del 60%), la “Eni”, a su vez, le dará a la empresa “LUKoil” el 20% cada uno en los bloques No. 10 y 14, quedando un operador de proyecto. El plan involucra la inversión de estas empresas por un monto aproximado de $ 226.5 millones durante cinco años. Anteriormente, los representantes de la compañía petrolera rusa informaron que este acuerdo “expandiría la cartera de los proyectos de exploración de “LUKoil” en la región, diversificaría los riesgos y aumentaría la competencia en exploración geológica”. Las empresas “LUKoil” y “Eni” ya han recibido las autorizaciones correspondientes para estas unidades en 2017 sobre la base de los resultados de la primera etapa de la segunda ronda de licencias en México.
El turismo sigue siendo el principal vínculo económico entre Rusia y México. Antes del brote de la pandemia de coronavirus en la región latinoamericana, varios cientos de miles de viajeros rusos visitaban este país cada año.
En los últimos años, México se ha interesado activamente en las posibilidades de comprar armas rusas. En 2017, la delegación de militares de este país latinoamericano participó por primera vez en la exposición rusa “Ejército-2017”. En 2018, los mexicanos también participaron en este evento, señalando que estaban muy interesados en la elaboración rusa presentada anualmente en la exposición.
En el contexto de la pandemia de COVID-19, la interacción ruso-mexicana ha adquirido una nueva dimensión. México se convirtió en el primer país de América del Norte en registrar la vacuna “Sputnik V” en febrero de este año. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de México (COFEPRIS), aprobó la vacuna rusa bajo el procedimiento de autorización de uso de emergencia sin ensayos clínicos adicionales en el país. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México anunció en enero que el país tiene la intención de comprar a Rusia 7,4 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus, es decir, originalmente estaba previsto vacunar a 3,7 millones de personas con la vacuna rusa.
El 25 de marzo, estalló un escándalo porque las autoridades mexicanas se apoderaron de un lote de una vacuna falsa contra COVID-19 que imita la vacuna rusa “Sputnik V”. Agentes de aduanas mexicanos revisaron un jet privado que se encontraba en el territorio de este país latinoamericano. Debía dirigirse al Aeropuerto Internacional de San Pedro Sula en Honduras. El medicamento falsificado se encontró dentro de dos refrigeradores. Se ocultaron 5.775 dosis del fármaco, según las autoridades mexicanas, entre refrescos y dulces. El Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), después de analizar las imágenes del lote incautado, confirmó que era falso.
En los últimos años, el tema de un posible fortalecimiento de la presencia de Rusia en México ha sido considerado por observadores en varios medios de comunicación estadounidenses, aunque a menudo en términos hipotéticos. Es cierto que la visión de la Casa Blanca de México como un país dependiente de Washington se asocia con una subestimación de la situación real. En el contexto de la crisis política en Brasil, México, que hoy es la segunda economía de América Latina, bien puede convertirse en la primera. Después de todo, su posición como el vecino más cercano de los Estados Unidos le da a este Estado latinoamericano muchas oportunidades, y esto debe aprovecharse.
A pesar de que los contactos políticos entre Moscú y Ciudad de México siguen siendo cautelosos, el actual líder mexicano a fines de 2018 aceptó la invitación del Presidente ruso para venir a Moscú con visita oficial. A su vez, el 25 de enero del año en curso, el líder mexicano, luego de una conversación telefónica con el Presidente ruso, invitó a Vladimir Putin a visitar México. López Obrador señaló que también agradeció a Putin por la decisión de enviar 24 millones de dosis de la vacuna “Sputnik V” a los mexicanos durante los próximos meses. En sus numerosas declaraciones, Andrés Manuel López Obrador ve la cooperación con Rusia como una de las máximas prioridades de su Gobierno, y también está interesado en la exención de visas entre los dos países.
Después de que el Gobierno del Presidente, López Obrador, llegó al poder, la parte rusa se interesó más en ampliar el diálogo con México. En este momento, como lo señalaron los representantes de las Cancelerías de los dos países, se trata de mejorar el marco legal. A su vez, estamos hablando de una serie de acuerdos que se encuentran en la etapa de análisis y elaboración, incluido el proyecto de acuerdo sobre viajes sin visado para los ciudadanos, la cooperación entre las oficinas del fiscal general, un acuerdo sobre el transporte marítimo, el reconocimiento mutuo de diplomas y documentos sobre títulos científicos entre otros.