Mientras todo el planeta intenta averiguar qué vacuna es más eficaz en la lucha contra el coronavirus, se celebraron las elecciones presidenciales en el pequeño país sudamericano, Ecuador, cuyos resultados, según creen los analistas, tendrán un impacto significativo en el futuro del desarrollo de toda América Latina. ¿Cómo va el proceso electoral? ¿Quién está en el foco de atención?
En Ecuador el 7 de febrero se realizó la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que no pudo determinar al ganador. Esta vez, 13 millones de votantes en este país sudamericano podrían dar su voto por uno de los 16 candidatos presidenciales (incluso una sola mujer). La segunda vuelta del proceso electoral está programada para el 11 de abril.
En un contexto de cansancio general por promesas vacías, escepticismo, un alto nivel de descontento público, 20% de desempleo, un fuerte aumento en la tasa de pobreza, el Gobierno del Presidente Lenin Moreno (Lenin Boltaire Moreno Garcés) se encontró impotente para resolver problemas elementales de mantener la estabilidad social. Los escándalos de corrupción que recibieron publicidad a todos los niveles y un colapso real del sistema de salud (en Ecuador más de 15 mil personas murieron por el coronavirus), se convirtieron en los principales motivos de consignas y tesis sobre el cambio de poder.
En mayo de 2017, cuando Lenin Moreno asumió el cargo, pocos podrían haber imaginado que el Gobierno del candidato socialista sería recordado como una inmersión gradual en una crisis estructural. Lucha contra escándalos de corrupción y narcotráfico, privación de asilo a Julian Assange (inglés – Julian Paul Assange), secuestro y asesinato de un grupo de periodistas en la frontera de Ecuador y Colombia, enfrentamiento con el ex partidario y líder de la “izquierda” Rafael Correa (Rafael Vicente Correa) Delgado), una aguda crisis socioeconómica, violentos disturbios en octubre de 2019 y, como la “guinda del pastel”: la incapacidad del Gobierno para combatir el coronavirus en los primeros meses del brote pandémico en la región son sólo algunos hechos que recordarán la presidencia de cuatro años del saliente del cargo de Jefe de Estado.
En las últimas elecciones de 2017, Moreno fue nominado como candidato del gobernante Movimiento Alianza de la Patria Altiva i Soberana (Alianza PAIS), liderado por el expresidente Rafael Correa, figura de culto en la política del país. En ese momento, el candidato del bloque socialista contaba con un amplio apoyo de los correístas y estaba previsto que continuara la línea que había seguido su antecesor.
A pesar de tales expectativas, después de asumir el puesto del Jefe de Estado, Lenin Moreno dio un giro inesperado de una orientación “izquierda” hacia una política conservadora. Según el propio comunicado del mandatario, antes de las elecciones pretendía hacer algunos ajustes en la política interior y exterior de Ecuador. Sin embargo, dijo, cuando se dio cuenta de la magnitud y profundidad de la corrupción y la deuda en la que estaba sumido el país, Moreno decidió dar un giro brusco “a la derecha”.
Así, Lenin Moreno fue elegido Presidente en 2017 gracias a la popularidad de Correa, y luego dio un giro de 180 grados al país. Por iniciativa propia, se iniciaron más de veinte procesos penales contra Rafael Correa por cargos de “casos de corrupción”, y la Corte Suprema de Ecuador dictó sentencia al exjefe de Estado, condenando a Correa a 8 años de prisión. Sin embargo, Bélgica concedió asilo político a Rafael Correa.
Cabe señalar que Lenin Moreno solicitó al FMI una asistencia financiera por un monto de $ 4.2 mil millones. Según los términos, el Gobierno de Ecuador se ha comprometido a recortar el gasto público. El resultado fue el Decreto Presidencial No. 883, mediante el cual se eliminaron los subsidios gubernamentales al combustible, lo que provocó un fuerte aumento en los precios de gasolina. En este sentido, se han incrementado las tarifas del transporte urbano, interurbano y regional. Tales medidas afectaron principalmente a la población indígena de bajos ingresos y se convirtieron en un punto de conflicto para muchos ecuatorianos. En octubre de 2019, una ola de protestas golpeó a Ecuador. La población estaba tan descontenta con la política del Jefe de Estado que se vio amenazada la propia existencia del Gobierno de Lenin Moreno.
Varios analistas políticos coinciden en que Moreno no pudo resistir las oportunidades propuestas y la presión de Washington, que con su ayuda resolvió dos de sus principales tareas: sacar una vez más a este país sudamericano del campo de los opositores a la Casa Blanca, y también traicionó a Assange. Como resultado, la calificación de Moreno hoy fluctúa a un nivel muy bajo, y por eso ni siquiera se atrevió a nominar a ningún candidato en su nombre.
La primera vuelta de las Elecciones Generales en Ecuador, que se llevó a cabo el 7 de febrero, volvió a demostrar que los ecuatorianos están más inclinados hacia el “proyecto socialista”, comparten las ideas de la “izquierda” y rechazan la política liberal, además de coquetear con Washington. Según el Consejo Nacional Electoral de este país sudamericano, tras contar el 96% de los votos, Andrés Arauz (Andrés Arauz Galarza), candidato del bloque político “Unión por la Esperanza”, que previamente obtuvo el 32,43% de los votos. Y quién se convertirá en su rival en la segunda vuelta del proceso electoral sólo quedará claro después de resumir los resultados finales. El caso es que el banquero y político de derecha Guillermo Lasso Mendoza (Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza) del “Movimiento Creando Oportunidades” (Movimiento CREO) y el candidato del “Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik”, Yaku Perez (Yaku Sacha Pérez Guartambel) tienen una brecha mínima. Según los resultados preliminares, el primero obtiene el 19,68% de los votos, el segundo – el 19,59%. La diferencia entre ellos es tan pequeña que en cualquier momento la situación puede cambiar, como ya ha sucedido varias veces durante el recuento de votos.
De hecho, la primera vuelta pasada del proceso electoral en Ecuador se ha convertido en una elección entre el legado del ala “izquierda” de Rafael Correa y el rumbo neoliberal seguido por las autoridades hasta el momento actual. Andrés Arauz, que es el sucesor de las ideas del “proyecto social”, gana esta etapa por un amplio margen y pasa a la segunda vuelta, que no fue para nada una sorpresa.
La principal intriga era que, como se suponía, el principal rival de Arauz, partidario del actual Gobierno y representante de la capital bancaria Guillermo Lasso, podría no llegar a la segunda vuelta. Y el tercer candidato, posicionándose como defensor de los pueblos indígenas del Ecuador, el líder del “Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik”, Yaku Pérez, se enfrenta “nariz a nariz” con un representante de las fuerzas neoliberales. Y si esta tendencia continúa para cuando se cuente el 100% de los votos, los ecuatorianos en la próxima vuelta de abril enfrentarán una elección entre dos candidatos de las fuerzas de “izquierda”. La segunda vuelta de votación tendrá lugar el 11 de abril. Hoy, la principal pregunta sigue siendo si a Ecuador espera un regreso a la órbita de la “izquierda” latinoamericana.