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Política

Nueva agenda de los EE.UU. en la región

Durante la última década, varios líderes latinoamericanos han admitido que el Vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha sido un mediador clave de Washington en los importantes asuntos latinoamericanos. En el ejercicio de este cargo entre 2009 y 2017, Biden visitó la región 16 veces en nombre de la administración de Barack Obama. Y ahora que ha asumido el cargo de Jefe de Estado, ¿cómo cambiarán las relaciones de los Estados Unidos con los países latinoamericanos?

Hoy América Latina enfrenta dos desafíos colosales al mismo tiempo: la pandemia del coronavirus, que ha matado a más de medio millón de latinoamericanos, y el peor colapso económico en un siglo debido a una emergencia sanitaria. Tal panorama puede ser un espacio de cultivo para el surgimiento de nuevos líderes de izquierda y un estallido de descontento social, demostrando inestabilidad en el subcontinente.

En sus numerosas entrevistas, Joe Biden (inglés – Joseph Robinette Biden) señaló que una de las principales prioridades de su administración será: combatir el cambio climático y promover la democracia, los derechos humanos y el respeto a la soberanía estatal. Según varios expertos, en este momento América Latina no es el principal vector de la política exterior de la Casa Blanca. Sin embargo, la intención de Biden de “restaurar el liderazgo global de los Estados Unidos” se verá reflejado en la construcción de una nueva agenda en la región, porque la estabilidad continental es de gran interés para Washington.

En este contexto, algunos analistas creen que el nuevo Gobierno tomará una posición más activa en la región que la administración de Donald Trump (Donald John Trump), cuyo principal componente en los países latinoamericanos fue frenar el flujo de migrantes del “patio trasero”. Ya hoy se puede observar que Joe Biden ha comenzado a perseguir una política más equilibrada y flexible hacia América Latina, a diferencia de su predecesor. Uno de los primeros pasos en esta dirección fue la decisión de sacar a Cuba de la “lista” de países que apoyan a grupos terroristas en todo el mundo, levantar las sanciones sobre la transferencia de moneda estadounidense a familiares y también permitir que turistas estadounidenses visiten el país insular. Según los expertos, Biden comenzará a tomar acciones concretas para mejorar las relaciones con Cuba, pero este proceso no será rápido.

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En sus entrevistas, Joe Biden señaló que unas de las principales prioridades de su administración serán: combatir el cambio climático y promover la democracia. Fuente: Voz de América.

Desde el principio, el nuevo dueño de la Casa Blanca anula desafiantemente las decisiones de Trump y rechaza sus propuestas para demostrar que no es como el 45 ° Presidente de los Estados Unidos. Se ha esbozado un enfoque más flexible en relación con la ex némesis de Trump, Venezuela, cuyo Gobierno se considera ilegítimo. Hasta ahora persisten las sanciones contra particulares y el apoyo del líder opositor Juan Guaidó (Juan Gerardo Guaidó Márquez), sin embargo, Biden llamó la atención sobre el hecho de que es imposible solucionar los problemas acumulados por métodos de fuerza, se debe recurrir a la ayuda del Grupo de Lima (en el que se incluyen la mayoría de los países latinoamericanos: Brasil, Colombia, Costa Rica, Perú, Paraguay, Chile, Uruguay, Ecuador entre otros), creado para resolver la crisis política en Venezuela en 2017. Es más probable que la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro (Nicolás Maduro Moros), sin embargo, con la esperanza de un ablandamiento parcial del rumbo.

En cuanto a otro líder regional de izquierda, el Presidente nicaragüense Daniel Ortega (José Daniel Ortega Saavedra), que está en el poder desde 2007, la nueva administración endurecerá su postura sobre Nicaragua. Washington no solo tiene la intención de seguir de cerca la campaña electoral, que está programada para noviembre de este año, sino también enviar sus observadores allí.

Para pasar a las relaciones con uno de los gigantes regionales, México, cabe recordar que Biden abandonó inmediatamente la idea verdaderamente “extrema” de construir una barrera entre los Estados para prevenir la inmigración ilegal. Andrés Manuel Obrador (Andrés Manuel López Obrador) se convirtió en uno de los dos líderes de países extranjeros, con quien el 46 ° Presidente habló primero por teléfono. El 22 de enero, en una conversación, Biden y López Obrador discutieron la cooperación en una serie de temas bilaterales, en particular, sobre la migración regional. El nuevo Jefe de la Casa Blanca describió su plan para reducir la migración abordando sus causas fundamentales, ampliando las oportunidades de reasentamiento y las rutas alternativas legítimas de inmigración, aumentando el procesamiento fronterizo de las solicitudes de asilo y aboliendo las políticas de inmigración de la administración anterior. Los Presidentes de los dos países acordaron trabajar en estrecha colaboración para frenar el flujo de migración ilegal hacia México y los Estados Unidos, y reconocieron la importancia de la coordinación en la lucha contra el COVID-19.

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El 22 de enero de 2021 tuvo lugar una conversación telefónica entre Biden y López Obrador.

El actual Gobierno de otro gigante latinoamericano, Brasil, a su vez, se ve obligado a reconstruirse, dado que ha establecido un fuerte contacto con Donald Trump. Por ello, el líder brasileño Jair Bolsonaro (port. – Jair Messias Bolsonaro), felicitando por escrito a su colega, cumplió con dureza la idea de destinar $ 4 mil millones para superar los incendios forestales en la región amazónica, pero aun así, después de sopesar todos los pros y contras coincidí con esta propuesta, ya que el país sudamericano no puede hacer frente a este problema por sí solo, lo que ha llamado la atención de la comunidad mundial. Además, Joe Biden pretende fortalecer significativamente la lucha contra el coronavirus, dado que ambos Estados ocupan posiciones de liderazgo en este indicador en el Hemisferio Occidental.

Las relaciones con el tradicional aliado estratégico de los Estados Unidos, Colombia, no sufrirán cambios notables. Pero dada la especial atención de la actual administración de la Casa Blanca al problema de los derechos humanos, no hay duda de que el Gobierno de Iván Duque (Iván Duque Márquez) será señalado sobre la desfavorable situación en esta área (tomando en cuenta las recientes protestas a gran escala en Bogotá y varias otras grandes ciudades, que resultaron en numerosas víctimas). Además, Washington continuará construyendo vínculos de confianza con los Estados que, según los EE.UU., se adhieren estrictamente a normas democráticas que no violan los derechos humanos. Estamos hablando de la República Dominicana, Costa Rica, Uruguay, Chile. Por cierto, Chile pronto celebrará un referéndum sobre la adopción de una Nueva Constitución, que la administración de Biden sin duda estará esperando.

Para resumir, cabe recordar que Donald Trump ha declarado repetidamente que “los estadounidenses deberían dejar de actuar en escenarios políticos externos y centrarse en su país”, como muestran los primeros pasos de la nueva administración, Biden mira esta tesis desde un ángulo diferente. El actual Jefe de Estado, debido a su experiencia en la administración de Barack Obama, tiene diferentes puntos de vista al respecto. Hoy es bastante obvio que los Estados Unidos están volviendo o tratando de restablecer la política de expandir su influencia a escala global, y América Latina volverá a convertirse en uno de los vectores de política exterior en desarrollo dinámico.

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