Las elecciones generales en Bolivia se celebrarán el 18 de octubre. Según las últimas encuestas, el candidato quien tiene más posibilidades de tomar la presidencia es del partido “Movimiento al Socialismo”: Luis Arce. ¿En qué condiciones se desarrolla la campaña electoral? ¿Por quién pretenden votar los bolivianos hoy?
El 3 de julio, el Presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, Salvador Romero (Salvador Romero Ballivián), anunció que el calendario de las Elecciones Generales en el país, debido al brote del virus COVID-19, se trasladó nuevamente al 18 de octubre. Tras el anuncio de esta noticia sobre el próximo aplazamiento (por tercera vez) de las elecciones, a partir del 31 de julio, los movimientos sociales iniciaron huelgas masivas, bloqueos de carreteras entre las regiones del país (aproximadamente 100 puntos), impidiendo el suministro no solo de productos alimenticios, sino también el transporte de oxígeno y medicamentos en el marco de condiciones de una crisis sanitaria.
El Gobierno de transición de Jeanine Áñez (Jeanine Áñez Chávez) consideró tales acciones como un intento de representantes del “Movimiento al Socialismo” (MAS) y partidarios del ex Presidente Evo Morales (Juan Evo Morales Ayma) de organizar disturbios y realizar propaganda política. Sin embargo, el propio Morales negó tales acusaciones y afirmó que las marchas de protesta fueron organizadas por asociaciones públicas. El 12 de agosto, apeló a sus seguidores y pidió aceptar una nueva fecha de votación, fijada para el 18 de octubre.
El 13 de agosto, en medio del cansancio general y la crisis de salud, las partes lograron ponerse de acuerdo: la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó una ley que fijaba el 18 de octubre como fecha límite para las elecciones. Durante 13 días había “turbulencias” e incertidumbre sobre lo que podría pasar en el país en las próximas horas y días. Además, todas las marchas de protesta se llevaron a cabo bajo estrictas medidas de cuarentena.
En el contexto de una aguda crisis social y sanitaria, la campaña electoral de los candidatos, que comenzó oficialmente en Bolivia el 6 de septiembre, comenzó a cobrar impulso. En relación con esta fecha, la empresa de consultoría “Ciesmori” realizó una encuesta de opinión pública que refleja el equilibrio de poder propuesto en las próximas Elecciones Generales. Cabe señalar que en las condiciones de las medidas de cuarentena en curso en el país, la carrera electoral esta vez se desarrolla en formato digital: los candidatos presentan sus programas a través de diversos canales de televisión y plataformas virtuales.
Pese a las numerosas acusaciones contra el exjefe de Estado, Evo Morales, el candidato de su partido “Movimiento al Socialismo” – Luis Arce (Luis Alberto Arce Catacora) – lidera, según esta encuesta, con una puntuación del 26,2%. El segundo lugar, de acuerdo con las previsiones, lo ocupa todavía el estadista, periodista e historiador boliviano Carlos Mesa (Carlos Diego Mesa Gisbert) de la plataforma política “Comunidad Ciudadana”. El 17,1% de los encuestados está dispuesto a votar por su candidatura.
La Jefa del actual Gobierno de transición, Jeanine Áñez, ocupó el tercer lugar con una puntuación del 10,4%, habiendo perdido un 6,5% de apoyo desde una encuesta similar de empresa de consultoría “Ciesmori” (el 16,9% de los encuestados apoyó su candidatura en marzo). Los observadores internacionales asocian tal caída en el índice de la Presidenta interina con el hecho de que durante estos meses su Gobierno no pudo soportar la crisis sanitaria provocada por la pandemia, así como desarrollar medidas económicas efectivas para apoyar a la población.
El cuarto lugar, según la encuesta de opinión pública, con el resultado del 6,9% de apoyo lo ocupa el abogado, empresario y político boliviano del departamento de Santa Cruz, líder de la coalición político-religiosa “Creemos” – Luis Camacho (Luis Fernando Camacho). Otros candidatos al cargo de Jefe de Estado no lograron cruzar la barrera del 4%, por lo que los pretendientes antes mencionados son los principales favoritos de la carrera electoral.
Según la vigente Constitución Política de Bolivia, una brecha del 10% garantiza la victoria de un candidato en la primera vuelta. Sin embargo, de acuerdo con los resultados de la encuesta, no hay ningún candidato capaz de “cancelar” la segunda vuelta de votación, que en el caso de su celebración se realizara en noviembre, aún no ha surgido. Sin embargo, los partidarios del “Movimiento al Socialismo” creen que su candidato podrá ganar más apoyo de los votantes, ya que esta encuesta se realizó principalmente en las grandes ciudades y no refleja plenamente el estado de ánimo de la población rural, entre los que el partido de Evo Morales ocupa una posición de liderazgo fuerte.
En el marco de una nueva ronda de lucha política el 7 de septiembre, se conoció que el expresidente de Bolivia no podrá participar como candidato del Departamento de Cochabamba al “escaño” del Senador de la Asamblea Legislativa Plurinacional. El 7 de septiembre se llevó a cabo una audiencia constitucional, al término de la cual el juez Alfredo Jaimes decidió rechazar la solicitud de los abogados de Morales. Así, sigue vigente la decisión de febrero del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, que luego rechazó la candidatura del expresidente.
El exjefe de Estado fue inhabilitado por incumplimiento del requisito de residencia permanente en el país (luego de su renuncia en noviembre pasado, Morales salió del país y se fue a México, y luego a Argentina, que le otorgó la condición de refugiado). Sin embargo, además de sacar del proceso electoral al líder del partido “Movimiento al Socialismo”, ya ha sido acusado de una serie de denuncias: falsificación de los resultados de las últimas elecciones de octubre; organizar disturbios y protestas en agosto del año en curso en medio de la crisis de salud en Bolivia; así como una relación íntima con una menor de edad, que en ese momento tenía 17 años.
Por el momento, la campaña electoral en Bolivia sigue siendo uno de los temas más discutidos en la región. Varios reconocidos analistas regionales creen que si la oposición al partido “Movimiento al Socialismo” finalmente no logra comprometerse y unirse, Bolivia podrá volver nuevamente a la orientación “izquierda”. Sin embargo, ya es obvio que el gobierno, que ocupará el Palacio Presidencial en los próximos meses, recibirá un legado político muy difícil, así como todo un “bagaje” de problemas socioeconómicos.
