El 23 de julio, el Presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia anunció que el calendario de las Elecciones Generales en el país se modificó nuevamente debido al brote del virus COVID-19 en la región, ahora para el 18 de octubre. Inicialmente, la primera ronda de votación iba a tener lugar el 6 de septiembre. Tras el anuncio de una nueva fecha para el proceso electoral en Bolivia, estallaron nuevas marchas de protesta. ¿Cómo piensa salir el país latinoamericano de la crisis política en medio de la peligrosa pandemia?
Después del anuncio de la noticia sobre la próxima reubicación de las Elecciones Generales en Bolivia, los movimientos sociales lanzaron desde el 28 de julio marchas de protesta en varias regiones del país contra el cambio en el “calendario” electoral. El gobierno de transición de Jeanine Áñez (Jeanine Áñez Chávez) considera sus acciones como un intento de representantes del partido “Movimiento al Socialismo” (MAS) y simpatizantes del ex presidente Evo Morales (Juan Evo Morales Ayma) de organizar disturbios y realización de propaganda política en el contexto de la crisis sanitaria en Bolivia como consecuencia del aumento en el fuerte número de infectados por el virus COVID-19.
En el contexto de la devastadora pandemia en la región, Bolivia está sumida en una profunda crisis socioeconómica. La pobreza está afectando cada vez más a grandes segmentos de la población que luchan por sobrevivir como resultado del cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo, además de la gran cantidad de personas infectadas por el coronavirus. Según datos oficiales del Ministerio de Salud de Bolivia, al 11 de agosto se registraron en el país 93.328 casos de contagios por el virus COVID-19, de los cuales 3.761 fueron fatales.
Volviendo al nivel de pobreza en Bolivia, se cabe referir al estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), realizado a fines de junio – principios de julio del año en curso. Según los indicadores de este análisis, la pobreza extrema en Bolivia alcanzará el 16.8% este año, y se espera que el producto interno bruto del país se contraiga un 5.2% en 2020 y se caracterice por un fuerte aumento del desempleo, lo que provocará un deterioro significativo de la pobreza y la desigualdad. Además, según una encuesta de opinión pública realizada como parte de este estudio, solo el 8% de la población boliviana no se siente afectada por la pandemia en términos de ingresos, dos tercios de los bolivianos están en total desacuerdo con las políticas socioeconómicas que desempeña el Gobierno de Áñez, que, de acuerdo con los encuestados, ya ha provocado el empobrecimiento masivo del país.
Tras la decisión del 23 de julio del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia de posponer la celebración de las Elecciones Generales por tercera vez, el 9 de agosto, el diálogo mediado por la ONU entre el Gobierno transitorio y la oposición para fijar una nueva fecha de votación volvió a fracasar. Cabe señalar que el organismo electoral boliviano realizó unilateralmente el aplazamiento del proceso electoral, sin votar en el Parlamento del país.
El Gobierno transitorio considera la pandemia como un obstáculo para la votación, sin embargo, cabe señalar que en países como República Dominicana, Francia y España se realizaron elecciones presidenciales y municipales a pesar del brote del coronavirus, esta opinión la presenta a través de su informe la Fundación para el Periodismo, con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer (KAS). Según un estudio de esta organización, durante la pandemia se pueden celebrar elecciones de acuerdo con un protocolo sanitario especial. A su vez, la Organización de los Estados Americanos (OEA) también cuenta con todas las medidas necesarias para llevar a cabo el proceso electoral en una situación difícil como consecuencia de la propagación del coronavirus.
Desde el 28 de julio, diversos movimientos sociales comenzaron a realizar paros, bloqueos de carreteras entre regiones del país, impidiendo el suministro no solo de productos alimenticios, sino también el transporte de oxígeno y medicamentos en el contexto de la crisis sanitaria que vive Bolivia. Hasta la fecha, las protestas de los opositores al Gobierno de Áñez continúan y cobran impulso, y la incertidumbre sobre lo que pueda suceder en el país en las próximas horas y días alarma a varios expertos internacionales.
Según la politóloga e investigadora de la Universidad de las Fuerzas Armadas Alemanas en Hamburgo, Anna Soliz de Stange, la crisis pandémica ha ayudado a revelar los problemas estructurales persistentes en Bolivia. Este es un momento muy grave y decisivo para el país, en el que, si las partes no se sientan a la mesa de negociaciones, habrá enfrentamientos mucho más graves entre civiles y pérdidas económicas irreparables. Fernando Mayorga Ugarte, sociólogo y Director general del Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) en Cochabamba, coincide con ella. De acuerdo con él, estas horas tienen importancia decisiva en Bolivia. Si continúan los enfrentamientos, podríamos ser testigos de un conflicto con consecuencias impredecibles. La única forma de resolver esta crisis política es mediante elecciones generales.
A la fecha, el país ya ha registrado cerca de 100 puntos de bloqueos de carreteras que impiden el flujo de alimentos, medicinas y oxígeno a las regiones del país. El Gobierno transitorio cree que los partidarios del partido “Movimiento al Socialismo” están detrás de protestas a tan gran escala, el expresidente del país dirige esta campaña de propaganda desde su asilo político en Argentina. Sin embargo, el propio Evo Morales niega tales acusaciones y afirma que las marchas de protesta fueron organizadas por movimientos sociales y asociaciones públicas bolivianas. Además, el 12 de agosto, Morales hizo un llamamiento a sus simpatizantes, incluida la organización “Central Obrera de Bolivia (COB”), y pidió aceptar una nueva fecha de votación fijada para el 18 de octubre.
Hoy, varios observadores internacionales coinciden en que ahora en el país latinoamericano es urgente garantizar la democracia, realizando elecciones transparentes en las que participen todas las fuerzas políticas existentes. La aguda crisis que enfrentó Bolivia en octubre-noviembre del año pasado no se ha resuelto en los últimos meses. Además, la pandemia pudo “revelar” otros conflictos sociales, así como darle un carácter estructural a una situación compleja. Si las partes podrían llegar a un consenso y evitar un aumento en el grado de malestar masivo, se demostrará en los próximos días.