Hoy, la propagación del virus COVID-19 en América Latina ya se puede comparar con la situación en los Estados Unidos y Europa. Los representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “propagan la voz de alarma”: esta región puede convertirse en el próximo foco de infección. Varios virólogos ya han llamado a América Latina como el nuevo epicentro de la epidemia y predicen el peor declive económico del planeta para fines de este año. Pero, ¿realmente es así?
El 2 de junio, el Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael Ryan (ingles – Michael Joseph Ryan), declaró que América Latina ya se había convertido en la “zona roja” de la infección por coronavirus, y que la situación en los países de la región estaba “lejos de ser estable”. Según él, en las últimas 24 horas (del 1 al 2 de junio), cinco de cada diez países que informaron la mayoría de los casos de coronavirus están en las Américas. El representante de la OMS señaló que el número de casos en los países de la región estaba creciendo rápidamente y que los sistemas nacionales de salud necesitaban apoyo y solidaridad de todo el mundo.
El primero caso de la infección por COVID-19 en la región se confirmó el 26 de febrero en Brasil. Luego, el Jefe de Estado, Jair Bolsonaro (port. – Jair Messias Bolsonaro) prometió a los brasileños controlar completamente la situación con la propagación del virus desconocido. Y cuando el número de personas infectadas comenzó a crecer rápidamente y el liderazgo de la Organización Mundial de la Salud lo acusó de subestimar las cifras reales, Bolsonaro llamó a la OMS un grupo de estafadores y prometió enfrentar la crisis sin “recomendaciones sin sentido de personas que, cuando se sientan en Ginebra, no saben nada sobre medicina de América Latina”. Sin embargo, varios investigadores creen que en este Estado sudamericano, como en varios otros países de la región, se observaron casos de coronavirus ya en enero. Desde entonces, el virus peligroso se ha extendido a casi todos los países de América del Sur.
En Brasil, Perú, Chile y México, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, ya ha habido alrededor de 900 mil personas desde el comienzo de la epidemia. Los muertos: más de 50 mil. Esto es mucho menos que, por ejemplo, en los Estados Unidos, donde el 3 de junio hay alrededor de 1.89 millones de casos confirmados y alrededor de 109 mil muertes. Sin embargo, en América Latina, las pruebas masivas no son tan comunes y el número real de infectados puede ser muchas veces mayor. Además, los expertos temen que los segmentos más pobres de la población sean los más afectados por el coronavirus: los habitantes de barrios marginales urbanos, así como los pueblos originarios de los países indígenas como Brasil, Bolivia, Perú, Chile y Ecuador.
A medida que los Estados europeos vuelven gradualmente a la vida y se acostumbran a la “nueva normalidad”, el epicentro de la infección por coronavirus se ha trasladado a América Latina. Durante un tiempo relativamente largo, los países de la región de América Latina y las islas del Caribe se mantuvieron alejados de la ola mundial de infección viral. Los Gobiernos de los Estados latinoamericanos inicialmente trataron de tranquilizar a la población de que nada peligroso podría suceder. La región se encuentra lejos de China y de Europa, y los Gobiernos regionales lograron cerrar sus fronteras rápidamente, y algunos países generalmente introdujeron medidas estrictas de cuarentena de inmediato. Y en las últimas 2 semanas, la situación con el coronavirus en América Latina se ha convertido casi en la más crítica del mundo.
Las cifras, expresadas por la Organización Interamericana de Salud, muestran la rápida propagación del virus en todo el continente. En cuanto a las estadísticas (a partir del 3 de junio), cabe señalar que los países de América Latina con el mayor número de casos de infección por coronavirus son Brasil (aproximadamente 577 mil casos confirmados), Perú (aproximadamente 179 mil), Chile (aproximadamente 114 mil), México ( 97.326) y Ecuador (40.414).
Al mismo tiempo, en los Estados tan grandes de la región como Argentina y Colombia, el número de infectados muestra una tasa más lenta: 18.306 y 31.833 (a partir del 3 de junio), respectivamente. En América Central, la propagación del coronavirus todavía está en el nivel anterior: de 3 a 6 mil casos confirmados. El número mínimo de infecciones en las islas del Caribe (un total de alrededor entre 20 y 30 casos), y en Cuba el 3 de junio confirmaron 2107 casos. Es notable que en Venezuela, en el contexto de la crisis política y socioeconómica, están infectados con un coronavirus, según las estadísticas oficiales del Gobierno venezolano, 1819 personas. En general, el número de los infectados por COVID-19 en toda la región el 3 de junio se estima en 1 millón de personas.
Según algunos analistas economistas regionales, hasta ahora la pandemia no ha paralizado tanto la vida de América Latina, a diferencia, por ejemplo, de Europa y los Estados Unidos. Un ejemplo es el hecho de que, en medio de una epidemia en Surinam, un grupo de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) asistió a las elecciones locales. Cabe enfatizar que esta es la primera misión en una epidemia durante la cual resultó que los surinameses (donde el número de personas infectadas el 3 de junio son 74 personas) no usan máscaras o guantes, y en el Estado casi todo funciona sin restricciones de cuarentena. Sin embargo, todos los observadores electorales internacionales, por el contrario, estaban con barbijos y respetaban todas las medidas de protección necesarias.
Otro ejemplo del proceso electoral en medio de una pandemia fue Bolivia, donde las elecciones generales se celebrarían el 3 de mayo. Sin embargo, el 22 de marzo, la Presidenta Interina, Jeanine Áñez (Jeanine Áñez Chávez), adoptó el Decreto sobre cuarentena total en todo el país, que duró 72 días. Después de que las medidas de cuarentena se flexibilizaron un poco, las fuerzas políticas del país volvieron a plantear la cuestión del tan esperado proceso electoral que, según representantes del Tribunal Supremo Electoral, podría tener lugar el 6 de septiembre.
Según los virólogos, el pico de las infecciones por coronavirus en América Latina y el Caribe debería superarse a mediados de junio, y en julio, la vida comenzará a volver a su sendero “anterior”. En consecuencia, se espera la eliminación completa de las restricciones de cuarentena, incluida, por ejemplo, la reanudación de los vuelos entre países, en agosto-septiembre. En cuanto a las pérdidas económicas en la región, hoy se estiman en $ 3 trillones de dólares. Cabe destacar que, según los analistas económicos, esta cifra podría duplicarse para fin de año.