El 14 de diciembre, la Isla de la Libertad fue sede de la 17ª Cumbre de la asociación comercial y económica de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. ¿Cuáles son los principales temas discutidos “al margen” de esta reunión en La Habana? ¿En qué acordaron los participantes del ALBA-TCP esta vez?
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) es una asociación comercial y económica de América Latina y el Caribe, que se creó el 14 de diciembre de 2004 por iniciativa del ex Presidente de Venezuela y el inspirador ideológico de regímenes regionales de “izquierda”, Hugo Chávez (Hugo Rafael Chávez Frías), así como el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro (Fidel Alejandro Castro Ruz). Actualmente, el ALBA-TCP tiene nueve países: Venezuela, Cuba, Nicaragua, la Comunidad de Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Granada, San Cristóbal y Nieves. Ecuador abandonó la Alianza en 2018 debido a un cambio en el curso político del presidente Lenin Moreno (Lenín Boltaire Moreno Garcés). Honduras también se unió a la organización en 2008 durante la presidencia de Manuel Zelaya (José Manuel Zelaya Rosales), pero después de su derrocamiento durante el golpe militar del 28 de junio de 2009, el nuevo Gobierno se negó a unirse a la organización. El 15 de diciembre de 2009, el líder de facto de Honduras, Roberto Micheletti (Roberto Micheletti Baín) anunció la intención de este Estado latinoamericano de salir del ALBA-TCP. El 13 de enero de 2010, el Congreso Nacional de Honduras ratificó la retirada del país de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Hace solo un par de días, en la Isla de la Libertad, terminó la 17ª Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. Esta vez, la reunión estuvo marcada por la turbulencia política y eventos dramáticos que tuvieron lugar en la región este año, cuando esta asociación celebra su 15º aniversario. En particular, al margen de la reunión, los líderes de 9 países miembros del ALBA-TCP discutieron las razones del surgimiento de tal grado de inestabilidad en América Latina, que también afectó el contenido de la Declaración Final. Miembros de la Alianza discutieron el reciente golpe de Estado en Bolivia, enfatizando los instrumentos de influencia que ya son familiares para los líderes de los países: la presión externa en curso sobre las autoridades legítimas de Nicaragua, el Gobierno venezolano y el liderazgo cubano. Son los jefes de estos tres Estados que se reunieron el día anterior en La Habana: Daniel Ortega (José Daniel Ortega Saavedra), Nicolás Maduro (Nicolás Maduro Moros) y Miguel Díaz-Canel (Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez) – y establecieron el tono para la Cumbre. Teniendo en cuenta su afinidad ideológica y puntos de vista similares sobre los procesos políticos en curso en la región, los participantes en la Alianza Bolivariana culparon a los Estados Unidos por el mayor grado de inestabilidad en América Latina.
Tal conexión entre la turbulencia política en varios países latinoamericanos y Washington se dice en la Declaración publicada en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba por representantes de la asociación después de la reunión: “Condenamos la política agresiva e intervencionista del Gobierno de Estados Unidos, que con la complicidad de las oligarquías nacionales y de los medios corporativos de la información, unida a las consecuencias de la férrea aplicación de inhumanos modelos neoliberales, son las causas fundamentales de la peligrosa inestabilidad regional. [El gobierno de EE. UU.] revive métodos que parecían superados en la historia de América Latina y aplica nuevas fórmulas de la llamada guerra no convencional”.
Además, los participantes de la Alianza Bolivariana señalaron que “ascenso de los gobiernos neoliberales al poder político en la región ha generado un evidente retroceso de las políticas de beneficio social en varios países, incrementando los índices de pobreza, las profundas desigualdades sociales y la marginación de amplios sectores populares”.
Según los jefes de Estado de Venezuela y Cuba, de las políticas de la Casa Blanca sufren, en particular, los pueblos de países cuyas economías están bajo una presión significativa por las sanciones. En la Declaración Final, los miembros de la asociación también se refirieron a la situación en Bolivia, donde, como se señala en el documento, “la intolerancia, el racismo, la represión brutal contra los movimientos sociales y los pueblos originarios” aumentaron después de la renuncia del ex Presidente, Evo Morales (Juan Evo Morales Ayma), el 10 de noviembre, que consideran un golpe de Estado iniciado por los EE.UU.
Como parte de la reunión en la Isla de la Libertad, los miembros de la Alianza Bolivariana expresaron su intención de crear un modelo alternativo de soberanía económica para mejorar la estabilidad en la región. Otra área importante de la política exterior se denominó el “enfrentamiento al cambio climático, fenómeno que es producto del sistema capitalista, con sus patrones irracionales de producción y consumo”. En la Cumbre de La Habana, se discutieron nuevamente las iniciativas de desarrollo del Banco del ALBA.
Esta vez, los miembros de la asociación criticaron duramente la ruptura de la cooperación médica en varios países de la región con Cuba, según los jefes de Estado incluidos en el ALBA, como resultado de la presión de Washington sobre sus gobiernos. En noviembre, las autoridades de la Isla de Libertad tuvieron que devolver a los médicos que anteriormente vivían y trabajaban en Ecuador y Bolivia de conformidad con los programas de cooperación y asistencia médica cuyos gobiernos actuales en estos países sudamericanos (Lenin Moreno – en Ecuador, Jeanine Áñez – en Bolivia) decidieron no extender. Según representantes del Ministerio de Salud y del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, tales acciones están asociadas con las “campañas del gobierno de los Estados Unidos para desacreditar y sabotear la cooperación internacional, que Cuba lleva a cabo en el campo de la salud en docenas de países”.
En la Declaración conjunta, los líderes del ALBA afirmaron: “Condenamos las sistemáticas acciones del Gobierno de Estados Unidos para desacreditar y sabotear la cooperación internacional que presta Cuba en la esfera de la salud en decenas de países, la cual ha beneficiado a millones de personas, así como las groseras presiones ejercidas contra varios gobiernos para que interrumpan la acogida de la solidaria cooperación cubana, en detrimento del derecho a la vida y del acceso a servicios médicos de sus ciudadanos”.
El principal hito de la 17ª Cumbre de la Alianza Bolivariana en Cuba fue que los países miembros del ALBA reiteraron su disposición a unir fuerzas “bajo el ataque” de la llegada al poder de los gobiernos neoliberales en América Latina, lo que, según los participantes de la asociación, conducirá a un fuerte deterioro de la situación socioeconómica en estos Estados. En mayor medida, la reunión de los líderes del ALBA, celebrada en La Habana 15 años después de su establecimiento, fue una respuesta a los escépticos que han estado discutiendo de “la muerte de la Alianza” en los últimos años. A pesar de que los jefes de Estado no ofrecieron escenarios y herramientas específicas para resolver la difícil situación geopolítica en la región, nuevamente pudieron confirmar que cuanto más dicte Washington sus reglas de juego a un continente entero al Sur de sus fronteras, más contribuirá a la unificación fuerzas de “izquierda” en la región.