Desde el comienzo de esta semana, los economistas han estado muy preocupados: el peor colapso en la historia contemporánea del sistema financiero internacional. El índice bursátil de Argentina durante un día (12 de agosto) casi se redujo a la mitad. En los últimos 70 años en 94 bolsas mundiales, una situación similar ocurrió solo una vez. La comunidad internacional recibió esa respuesta del mercado financiero como resultado de las “primarias” en Argentina, donde ganó el candidato opositor Alberto Fernández. ¿Qué se alertó tanto a los inversores y analistas económicos? ¿Por qué candidaturas votaron los argentinos?
Cabe reflexionar la historia de este tema y comprender cuál es la primera etapa de las elecciones presidenciales en Argentina. Las “primarias” como etapa preliminar de la carrera electoral se introdujeron en este país latinoamericano de acuerdo con la nueva ley electoral de 2009. Durante las “primarias”, los ciudadanos argentinos eligen candidatos que representarán a sus partidos en las elecciones. A diferencia de otros países en los que hay “primarias”, los futuros candidatos presidenciales en Argentina están determinados no solo por miembros de un partido en particular, sino también por todos los ciudadanos del país. Según la legislación argentina, solo los solicitantes que hayan ganado al menos el 1,5% de los votos para las “primarias” pueden competir por la presidencia. Sin embargo, paradójicamente, este año todas las fuerzas políticas presentaron solo un candidato. Por lo tanto, esta vez las “primarias” se convirtieron en una especie de encuesta de opinión pública, lo que le permite ver la alineación de las fuerzas antes de las elecciones presidenciales, que se celebrarán el 27 de octubre.
El actual líder argentino, Mauricio Macri sufrió una aplastante derrota en la etapa preliminar de las elecciones presidenciales, perdiendo aproximadamente el 15,5% de los votos ante el oponente del campo “izquierdista” Alberto Fernández (Alberto Ángel Fernández). Esto se supo el lunes 12 de agosto, después de contar más del 80% de las papeletas. Como resultado, el tipo de cambio del peso argentino en el cambio de moneda en Buenos Aires cayó instantáneamente un 14% frente al dólar estadounidense. Los mercados previeron la derrota de Macri, pero la brecha fue mucho mayor de lo previsto, dicen los analistas del “Goldman Sachs”. Además, el índice bursátil argentino “Merval” cayó inmediatamente en 30 puntos porcentuales, y como resultado perdió un 48%. En moneda local, “cayó” en un 12%, que fue la caída más fuerte desde 2008.
Cabe recordar que el ganador de las “primarias” de este año, Alberto Fernández desde el campo de “izquierda” desde mayo de 2003 hasta julio de 2008 encabezó el Gobierno de Argentina durante la presidencia de Néstor Kirchner (Néstor Carlos Kirchner), y luego de Cristina Kirchner (Cristina Elisabet Fernández de Kirchner). Por cierto, en las elecciones presidenciales actuales, Fernández nomina su candidatura junto con la ex Jefa de Estado, Cristina Kirchner, que se postula para Vicepresidenta.
Kirchner es conocida por sus logros en la construcción de una política social desarrollada y las difíciles relaciones con los inversores extranjeros, en particular, la lucha contra los titulares de préstamos que no quieren asumir parte de sus obligaciones para refinanciar préstamos estatales. El periódico de la capital argentina “Buenos Aires Times” describe las características principales de la época de Kirchner: “Economía cerrada, desequilibrios fiscales y monetarios, fuerte movimiento sindical, regulación estricta y un alto nivel de corrupción”. Hasta ahora, la acusan de corrupción y distorsión de los indicadores económicos reales del Estado. Cuando, como resultado de la alta tasa de inflación, los argentinos cambiaron a acuerdos en dólares estadounidenses, prohibió todo tipo de transacciones de divisas, lo que condujo a una salida de inversores. Durante su presidencia, se produjo una crisis de 2013-2014 durante la cual el Gobierno de Kirchner no pudo ponerse de acuerdo sobre la reestructuración de la deuda pública.
Por tercer año consecutivo, la economía argentina ha sufrido una recesión, que los analistas internacionales han llamado el “eco de la crisis financiera”. También cabe recordar que Argentina ha estado en dificultades durante mucho tiempo: en total, el Estado latinoamericano experimentó 8 incumplimientos, dos de los cuales este siglo. En los últimos 12 meses, la inflación se ha mantenido en torno al 40%. Según las estadísticas, uno de cada diez argentinos hoy está desempleado. Varios expertos creen que la crisis económica comenzó en este país latinoamericano precisamente durante la presidencia de Cristina Kirchner. Sin embargo, como muestran los resultados de las “primarias” del domingo pasado, la mayoría de los argentinos cree en la venganza de “izquierda” y en la capacidad del tándem político Fernández-Kirchner para restaurar la situación económica del país.
Como se señaló anteriormente, la segunda etapa de las elecciones presidenciales en Argentina está programada para el 27 de octubre. Para ganar, un candidato debe ganar más del 45% de los votos, o el 40%, siempre que la separación del oponente más cercano sea al menos del 10%. Si el mismo estado de ánimo persiste en la sociedad, el líder actual puede perder poder. Hay que añadir que la separación de la oposición de “izquierda” resultó ser tan impredecible y significativa que fue un shock adicional para los mercados financieros.
Como resultado, según los datos del 14 de agosto, la moneda nacional (peso argentino) colapsó en más del 30%, actualizando otro mínimo histórico. El Banco Central del Estado trató de detener el pánico en los mercados elevando la tasa clave inmediatamente en 10 puntos porcentuales (hasta el 74%). Los analistas internacionales se están centrando en el hecho de que los licitadores están comenzando a establecer un escenario predeterminado en los precios.
Este año, alrededor de 34 millones de ciudadanos argentinos tienen derecho a votar en las elecciones presidenciales. Según datos oficiales de la CCA argentina, el 75,78% de los encuestados participaron en las “primarias”. Según los resultados de la primera ronda, la brecha entre los principales oponentes es muy significativa y asciende a aproximadamente el 15%: aproximadamente el 47.26% votó por Fernández y el 32.35% votó por Macri.
Si existe la posibilidad de que el actual líder permanezca en el poder, muestre la segunda y decisiva etapa de las elecciones presidenciales. Al votar por el tándem Fernández-Kirchner, los votantes rechazan las medidas de austeridad introducidas por el Presidente Mauricio Macri para estabilizar la economía argentina. En 2018, Macri hizo una declaración oficial de que el país estaba “viviendo más allá de sus posibilidades”, por lo que redujo a la mitad el número de Ministerios, introdujo aranceles adicionales sobre la exportación de bienes y materias primas para aumentar las tarifas sobre las exportaciones y dirigir más fondos para cubrir el déficit presupuestario. El líder actual tuvo que recortar el gasto social al cancelar algunos subsidios para la electricidad y el gas, lo que condujo a precios más altos. Las medidas introducidas por Macri hicieron posible obtener un préstamo de $ 50 mil millones del FMI, pero provocaron protestas a gran escala de los habitantes del país. Los analistas políticos advirtieron al Gobierno que condiciones tan estrictas establecidas por el FMI para un préstamo y la introducción de ahorros presupuestarios conducirían a una disminución en la popularidad de Mauricio Macri, que, como resultado, demostraron las “primarias”.
A su vez, el tándem Fernández-Kirchner promete invertir fondos presupuestarios en infraestructura, volver a financiar programas sociales, crear nuevos empleos y aumentar los salarios. A pesar de que Mauricio Macri continúa “lidiando” con el legado de sus predecesores, los ciudadanos argentinos están nuevamente listos para votar por los candidatos de “izquierda”, como lo demuestra la primera etapa de la carrera electoral.