En los últimos meses, los analistas políticos están discutiendo cada vez más sobre las posiciones brasileñas en el grupo de los países BRICS. Tales debates son bastante explotables, porque la verdadera política del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, está agudizando las diferencias entre los participantes del bloque. Desde el primer día de su presidencia, Bolsonaro apostó por apoyar su orientación política en la Casa Blanca. Además, una división en el grupo sobre la situación en Venezuela y sobre la reforma de la OMC cuestiona la Cumbre de la organización que se realizará en la capital brasileña del 13 al 14 de noviembre del año en curso. ¿Cómo intentará Brasil mantener su influencia en el bloque BRICS? ¿Cuáles son las perspectivas para el “gigante sudamericano” en uno de los bloques más progresistas de la historia contemporánea?
El estado actual de la situación en Venezuela y la reforma de la OMC (Organización Mundial del Comercio) continúan profundizando la división en el grupo BRICS (ing. – BRICS – abreviatura de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) y cuestionan la posibilidad de celebrar la Cumbre de la organización en los días 13 y 14 de noviembre en la ciudad de Brasilia. En relación con Venezuela, el balance de fuerzas en el bloque de hoy es de cuatro a uno: China, Rusia, Sudáfrica e India toman una posición con el apoyo de la Caracas oficial, lo opuesto a Brasil, y Brasil se ha unido simbólicamente al campo estadounidense. A diferencia de Jair Bolsonaro (port. – Jair Messias Bolsonaro), ninguno de los cuatro países BRICS reconoce la legitimidad del Gobierno del autoproclamado Presidente, Juan Guaidó (español – Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez), y todos estos Estados se oponen a cualquier intervención externa.
Inmediatamente después del inicio de los dramáticos eventos en Venezuela, en enero de este año, los representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de India hicieron una declaración oficial en la que decían que la búsqueda de una solución política es asunto solamente del pueblo venezolano, la gente misma debe superar las diferencias mediante la construcción de diálogos y discusiones constructivas, no usando la violencia. Por cierto, ya en abril, el Ministerio de Relaciones Exteriores de India reiteró su posición. Dichas declaraciones se explican principalmente por el hecho de que en el año 2018 Venezuela se convirtió en el cuarto mayor proveedor de petróleo de la India, que importa el 80% del petróleo usado. Y en febrero de este año, el país alcanzó niveles récord de importaciones de petróleo venezolano.
Sin embargo, después de la presión ejercida por los Estados Unidos, las compras cayeron fuertemente en marzo. En este momento, India estaba en una situación bastante difícil, debido a las sanciones estadounidenses, el Gobierno indio también tuvo que negarse a suministrar petróleo desde Irán, que es uno de sus principales proveedores. A pesar de los eventos recientes y la sanción dirigida contra Irán, India no planea tomar medidas hostiles a Nicolás Maduro (Nicolás Maduro Moros), como pretende hacer el Gobierno brasileño.
Hablando de los otros miembros del grupo BRICS, Sudáfrica, Rusia y China tienen hoy una posición menos “ambivalente” y dejan claro que los intentos de Guaidó por tomar el poder son esencialmente un golpe de Estado, y en el momento continúan brindar apoyo al Gobierno de la Caracas oficial. Cabe señalar que en el Consejo de Seguridad de la ONU todos votaron en contra de la resolución presentada por los Estados Unidos reconociendo la legitimidad de Juan Guaidó. Muchos observadores políticos asumen que el bloque BRICS siempre ha sido “por cálculo matrimonial” y que sus participantes no tienen nada en común entre sí, sin embargo, hacen todo lo posible para garantizar que esta unión funcione, y también actúan como un “frente” único.
Bajo las condiciones de las nuevas pautas de política exterior, el “gigante sudamericano” propuesto por Jair Bolsonaro, tales diferencias comenzaron a aparecer particularmente “agudas”. En sus declaraciones, el líder brasileño ha subrayado repetidamente que no tiene el menor interés en India y Sudáfrica, además, es ambiguo acerca de las posiciones de China. Además, Bolsonaro no está interesado en una alianza con “países no occidentales”, ya que probablemente desea establecer a Brasil como un Estado cristiano occidental, que comparte la posición de Washington.
A su vez, India está siguiendo una política más pragmática. El actual Gobierno indio, dependiendo de la alineación de las fuerzas y la búsqueda de sus propios intereses, se une a China o a los Estados Unidos, y también se beneficia de la hostilidad entre las dos superpotencias. El Gobierno brasileño, por el contrario, está tratando de hacer todo lo posible para excluir a Venezuela de la agenda oficial de los países BRICS y enfocar la atención de los participantes de la próxima Cumbre en temas como las tecnologías avanzadas, las innovaciones digitales, la lucha contra el terrorismo y la circulación ilegal de dinero. Sin embargo, es muy difícil ignorar la aguda crisis económica y política en Venezuela.
Otro tema delicado y controvertido para la preparación de la Cumbre de los BRICS en noviembre es la reforma de la OMC. En la reunión celebrada a mediados de mayo en India, Brasil, una vez más, se apartó de otros miembros del bloque. La parte brasileña se negó a firmar la declaración propuesta en la ciudad de Delhi, cuyo propósito era rechazar la propuesta de Washington de cambiar el régimen especial y diferencial en la OMC. La Casa Blanca cree que en este escenario, China e India podrán obtener beneficios adicionales. El punto es que este mecanismo permitirá extender los términos de los acuerdos comerciales y crear condiciones más flexibles para los llamados países en desarrollo. Además, la posición brasileña está en desacuerdo con India en el tema de la protección de la agricultura, que el país exige. Brasil, junto con Turquía, Kazajstán, Guatemala y Argentina no estuvieron de acuerdo con el texto indio de la reclamación. China, Sudáfrica y otros 15 países apoyaron a India en un intento tan decidido de repeler a los Estados Unidos. Cabe señalar que la parte rusa no estuvo presente en la reunión. El Ministro de Comercio de India, Anup Wadhawan, en su declaración destacó que se había establecido un grupo de países que creía en los mismos principios, en referencia a la declaración de que Brasil se negó a firmar.
Cabe recordar que durante la reunión con el Presidente, Donald Trump (Ing. – Donald John Trump), celebrada en Washington en marzo, Bolsonaro prometió comenzar el proceso de renunciar al estatus especial de Brasil en la OMC a cambio de la promesa de la Casa Blanca de apoyar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El Gobierno de Jair Bolsonaro cree que ya no recurrirá a un régimen especial durante las negociaciones y considera que la reforma de la OMC es un proceso indispensable para la supervivencia dentro de la organización. Por supuesto, el apoyo de los Estados Unidos no significará que Brasil será aceptado automáticamente en la OCDE. Durante la reunión entre los dos líderes, Donald Trump dejó en claro que los Estados Unidos dejarían de imponer su poder de veto sobre las reclamaciones de Brasil.
Resumiendo, es muy importante entender que para convertirse en miembro oficial de la OCDE, el país latinoamericano aún tiene que cumplir con varios requisitos de la organización, aunque la mayoría de ellos ya están satisfechos. Sin embargo, ninguna de las promesas de apoyo ha sido documentada: según los diplomáticos estadounidenses, aún no han recibido instrucciones para cambiar su posición. Cómo Brasil intentará “sentarse en dos sillas”, mostrará la próxima Cumbre de los BRICS. Sin embargo, ya es obvio que esta reunión del bloque de integración, antes el más prometedora, tendrá lugar en condiciones difíciles.