En 2020, Brasil nombrará al próximo Presidente del Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS (NBD BRICS). Una presidencia en una institución financiera de esta escala no solo es una gran responsabilidad que se espera del Estado, sino también una oportunidad valiosa para demostrar la capacidad de lograr resultados. Con la llegada al poder del líder de ultra derecha Jair Bolsonaro en Brasil, los analistas han empezado cada vez más a abordar el tema de las perspectivas de futuro de Brasil en el marco del bloque BRICS. ¿Qué esperará al “gigante sudamericano” en los próximos dos años? ¿Cómo afectará el nuevo régimen del Gobierno la participación de Brasil en la asociación internacional?
Brasil sigue siendo un país no solo de gran importancia regional, sino también internacional, independientemente de quién esté en el poder. El “gigante sudamericano” tiene una gran influencia en la política mundial por varios motivos: composición demográfica, tamaño del territorio, diversidad cultural, potencial energético y recursos naturales, así como por otros factores independientes de la orientación política y económica de los líderes políticos. Brasil siempre ha atraído la atención de cualquier analista o gobierno involucrado en el desarrollo de su política exterior.
En la agenda internacional, Brasil ocupa una posición especial, gracias al “libre tránsito” entre las potencias de Occidente y Oriente, y también tiene una influencia estratégica fundamental en el mundo en desarrollo. Muchos comentaristas latinoamericanos han notado que el Gobierno brasileño necesita usar esta herramienta hábilmente, perfeccionándola, ya que se ha creado y arraigado un activo de oportunidades durante décadas. En esta situación, poner esta posición en riesgo a través de fuertes fluctuaciones hacia la izquierda o la derecha sin duda dará lugar a un deterioro significativo en la situación de Brasil. La negligencia en un lugar ya conquistado en la comunidad internacional puede afectar negativamente a las asociaciones, que, a pesar de los problemas económicos de los últimos años, son cruciales. Cabe enfatizar que durante el período de 2001 a 2018, con la excepción de 2014, un indicador como la balanza comercial de Brasil se mantuvo positivo.
Desafortunadamente, en el contexto general, se ha observado una crisis del multilateralismo y en general de los procesos de integración desde hace varios años. Por ejemplo, tales organizaciones multilaterales de “alto nivel”, como las Naciones Unidas o la Organización Mundial del Comercio (OMC), han debilitado sus posiciones debido a la proliferación y aprobación de iniciativas unilaterales y asociaciones estratégicas sectoriales que pretenden reemplazar los instrumentos multilaterales. Además, el propio sistema de relaciones internacionales está experimentando una “crisis existencial”.
Tal desarrollo del escenario mundial hace especial hincapié en la cooperación entre países individuales, y en el caso de Brasil hace que el grupo de países BRICS sea aún más importante para la política exterior del Estado. En conjunto, el bloque BRICS ocupa aproximadamente el 25% de la superficie terrestre, en su rango más del 40% de la población mundial vive. Además, los países del BRICS son los líderes indiscutibles en sus regiones, sin mencionar a China, que es la segunda economía más grande del mundo y actualmente sigue siendo el principal socio comercial de Brasil. China controla alrededor del 10% de la producción de energía de Brasil. Por cierto, en esta ocasión el año pasado, después de llegar al poder, el nuevo presidente Jair Bolsonaro expresó una preocupación particular. Es bastante obvio que la expansión de las capacidades de un grupo de países de tal escala global debe permanecer siempre entre las principales prioridades del Gobierno brasileño.
El cambio constante del ámbito y las condiciones del mercado interno en las que vive el país sudamericano en la actualidad deberían crear nuevas perspectivas y buscar direcciones alternativas para las relaciones de asociación brasileñas en el marco del bloque BRICS. Si el enfoque de tales perspectivas está guiado por un pragmatismo equilibrado, el nuevo Gobierno podrá utilizarlos con éxito. Cabe señalar que, a partir de la próxima Cumbre del BRICS, que se celebrará del 13 al 14 de noviembre de 2019 en Brasilia, la presidencia del bloque se transferirá a Brasil.
Hablando sobre las perspectivas inmediatas de Brasil en el marco del bloque BRICS, hay otro punto importante que el Gobierno actual debe tener en cuenta este año. En 2020, Brasil nominará al próximo Presidente del Nuevo Banco de Desarrollo (BRICS Financial Institution). La presidencia en una institución financiera global, cuyo enfoque principal es invertir en grandes proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en los países en desarrollo, no solo es un alto grado de responsabilidad en el país, sino también una oportunidad valiosa para demostrar la capacidad de trabajar para lograr resultados, ocupando posiciones de liderazgo que son de gran importancia en las instituciones internacionales. En primer lugar, estamos hablando del FMI y del Consejo de Seguridad de la ONU.
Por cierto, la crisis política en Venezuela también afectó a los países socios del BRICS. El Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Henrique Fraga Araújo,dijo el 8 de marzo que Brasil tiene la intención de pedir a Rusia, China y otros Estados del BRICS que apoyen al líder opositor venezolano Juan Guaidó. El Ministro Araújo informó sobre la decisión de hacer tal apelación en una reunión de los BRICS a nivel de ministros extranjeros la próxima semana. Según él, Brasil tiene una responsabilidad única en el campo de los asuntos exteriores, y el Gobierno brasileño se considera capaz de desempeñar un papel de liderazgo en el cambio de la posición de los países BRICS hacia el Presidente venezolano Nicolás Maduro.
El 5 de marzo, el Presidente brasileño Bolsonaro dijo que su país presta gran atención al desarrollo de las relaciones con China y tiene intención, junto con China, promover la construcción y el fortalecimiento del mecanismo del BRICS. Jair Bolsonaro recibió las cartas credenciales en su residencia, entregadas por el nuevo Embajador chino en Brasil, Yang Wanming. Destacó que su país estaba listo para realizar esfuerzos conjuntos con China para promover el desarrollo de las relaciones bilaterales. Según él, la 11ª Cumbre de los líderes del BRICS se llevará a cabo en Brasil, y Brasil quiere, junto con China, promover el desarrollo de la cooperación empresarial bilateral en el marco de la organización.
Otro proyecto ambicioso del bloque BRICS para los próximos dos años será el desarrollo de un nuevo sistema de pago “BRICS Pay”. El Fondo de Inversión Directa de Rusia (RFPI), junto con las empresas de cartera, participa activamente en la creación de este proyecto. Las compañías de cartera del RFPI, así como los socios de fondos de China e India tienen la experiencia y la tecnología necesarias para su implementación. Los analistas financieros señalan que uno de los escenarios posibles para el proyecto es la creación de una billetera en línea especial que puede combinar los sistemas de pago de todos los países del grupo BRICS. La billetera común funcionará de la misma manera que las aplicaciones “Apple Pay” o “Samsung Pay”. Según lo sugerido por los creadores, con la ayuda de la aplicación desarrollada, será posible pagar los bienes en cualquier país de la asociación, independientemente de la moneda en la cuenta del comprador.
Los próximos dos años mostrarán definitivamente si el bloque BRICS será capaz de resistir la embestida de la crisis multilateral y profundizar el grado de integración. Además, el desarrollo de las relaciones bilaterales de Brasil con otros socios estratégicos, como la Unión Europea y los Estados Unidos, también es evidente. Muchos expertos brasileños mantienen la iniciativa del nuevo Gobierno para relanzar un acercamiento con Occidente. Sin embargo, estas negociaciones deben abordarse con cierto grado de pragmatismo y ser muy cuidadosos con los compromisos que los Gobiernos brasileños anteriores ya han asumido con China, Argentina y otros socios, para evitar estar involucrados en una guerra comercial o sanciones restrictivas.