Al asumir el cargo el 1 de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador declaró una lucha implacable contra la corrupción en México. Por lo tanto, un mes después, por orden del Gobierno, se cerraron los ductos que suministraban gasolina a las regiones con la mayor desviación. El grado de indignación popular en los últimos tiempos ha estado “aumentando” más rápido. ¿Por qué el nuevo líder hizo que los mexicanos hacen colas para recibir el oro “negro”? ¿Qué medidas ya ha tomado el Gobierno de “izquierda”?
La crisis del combustible que afectó a los mexicanos inmediatamente al comienzo del nuevo año se convirtió en uno de los temas regionales más discutidos. Las apropiaciones indebidas del petróleo y los productos derivados del petróleo en México en los últimos años han ido más allá del control estatal y se ha desarrollado en gran escala. Según datos oficiales, solo en el año 2017, debido a conexiones ilegales en tuberías y una red corrupta, el daño por robos ascendió a más de $ 3 mil millones. Tal situación solo agravó la caída en la producción de petróleo en México, que durante 6 años ascendió a 28%.
Uno de los puntos del programa electoral de Andrés Manuel López Obrador fue la salvación de la industria petrolera del país. Inmediatamente después de que el nuevo líder asumiera el cargo en diciembre de 2018, el Gobierno mexicano, junto con la compañía estatal de petróleo y gas y petroquímica “Pemex”, presentó un plan de acción a gran escala. El plan se presentó en el estado productor de petróleo de Campeche, y el objetivo principal de la intervención del Gobierno mexicano fue apoyar a la empresa más importante del país, que en el futuro, como planea el nuevo líder, debería convertirse en una “palanca nacional de desarrollo”.
Según los representantes oficiales de “Pemex”, este plan implica una producción de 2,48 millones de barriles por día en promedio al 30 de noviembre de 2024. De acuerdo con las cifras de enero de 2019, “Pemex” produce solo 1,73 millones de barriles. Para hacer esto, se supone que debe explorar y comenzar a desarrollar pozos de petróleo abiertos lo más rápido posible, proporcionándoles la mayor tasa de producción. Como los representantes de “Pemex” señalan, se planean contratos para la creación de infraestructura para los campos marinos, incluida la construcción de plataformas, su transporte e instalación, así como el diseño de tuberías. Además, el plan de acción prevé la perforación de pozos por contratistas “llave en mano”, de modo que la responsabilidad de la entrega oportuna del pozo y su valor acordado permanezcan en el contratista o consorcio. Se espera que “Pemex” sea responsable del desarrollo y control de los servicios.
El Director General de “Pemex”, Octavio Romero Oropeza, dijo que el 15 de enero de 2019 se firmaron contratos para la creación de infraestructura y el 31 de enero para la perforación de pozos. Según el representante de la compañía petrolera, de acuerdo con un algoritmo similar, en un futuro próximo se concluirán dos contratos para la creación de una infraestructura industrial marina.
Cuando el Presidente López Obrador llegó al poder, declaró que se anunció una pausa de 3 años para las nuevas licitaciones petroleras que comenzó como resultado del lanzamiento de la reforma energética del país en 2013. Bajo los términos de la reforma, los inversores privados y extranjeros obtuvieron acceso a la industria petrolera mexicana por primera vez desde 1938. Sin embargo, el nuevo líder señaló que los contratos de petróleo existentes para empresas extranjeras en el país no serán cancelados.
Según López Obrador, la lógica de tal política es que “Pemex” invertirá más en la producción de petróleo y, en los próximos días, se perforarán nuevos pozos y se restaurará el trabajo de los que anteriormente habían sido cancelados.
Como resultado de los pasos tomados por el Gobierno antes de fines de 2018, varios estados de México y la capital de la Ciudad de México barrieron la crisis del combustible. Debido al hecho de que “Pemex”, que incurre en graves pérdidas debido a la conexión no autorizada a tuberías, se basó en el uso de camiones cisterna y vagones cisterna de ferrocarril vigilados por las fuerzas armadas y la policía para el transporte de combustible, lo que llevó a esta situación.
Hoy, la situación en algunos estados de México causa una “tormenta de indignación” entre la población local. Las colas de kilómetros infinitos son molestas, el temor de no ir a trabajar, de llegar a una reunión a tiempo o de no recoger a los niños de la escuela hace que los mexicanos hagan fila en las estaciones de servicio desde las 2 am. Según los residentes locales, en esta situación todavía no hay garantías: puede hacer cola durante tres horas y estar entre los últimos veinte automóviles que no obtuvieron combustible.
Según los observadores mexicanos, cuatro estados: Jalisco, Hidalgo, Querétaro y la Ciudad de México, representan alrededor del 60% de la gasolina robada de los ductos. Si marca geográficamente estos estados en el mapa, esta es la capital, el centro del país y la costa del Pacífico. Dentro de dos semanas, las calles de las ciudades de estos estados parecían “haberse calmado”: las áreas donde normalmente se observan las trancaderas de horas, se pueden pasar en cuestión de minutos. Toda la población está intentando ahorrar combustible. Los informes de noticias indican que muchas pequeñas empresas han decidido suspender sus operaciones, por lo que todo el segmento de consumidores sufre grandes pérdidas. Además, en los últimos días en algunos estados comenzó una crisis alimentaria, caracterizada por interrupciones en los alimentos.
Todos los días, desde las pantallas de televisión, López Obrador asegura que pronto se mejorará el suministro de combustible y que hay suficiente gasolina en México, el único problema es su distribución. Según los principales medios de comunicación mexicanos, el nuevo líder logró mostrar consistencia y decisión en sus acciones, cumpliendo las promesas de su campaña para combatir la corrupción. Sin embargo, hoy ha detenido la economía de los 11 estados de México. Debido a la actual crisis del combustible en el país, los pequeños y medianos empresarios están hablando actualmente de sus pérdidas económicas, que, según sus estimaciones, ya han alcanzado los 500 millones de pesos mexicanos.
Sin embargo, refiriéndose al estado de ánimo de la población local, cabe señalar la relativa paz pública. La mayoría de la población local apoya al nuevo Presidente, sus reformas y acciones políticas y económicas. Los mexicanos están cansados de la corrupción y están listos para soportar todos los inconvenientes por “la esperanza de un futuro brillante”. Por cierto, según datos oficiales, López Obrador incluso decidió vender el avión presidencial y ayudar con los ingresos a los pobres. Si el nuevo líder logrará sacar al país de la crisis del combustible, se mostrará muy pronto. Sin embargo, los mexicanos creen en la determinación y la transparencia del Gobierno de “izquierda” que llegó al poder.